Sólo hay una cosa mejor que ver un BMW 507. Ver cuatro 507.
El BMW 507 es un automóvil deportivo de dos puertas y dos plazas que fue presentado al público en el Salón del Automóvil de Nueva York en 1955. Su diseño exclusivo y elegante fue obra del conde Albrecht von Goertz, quien logró crear una carrocería de líneas suaves y armoniosas. Pero lo que realmente hizo del BMW 507 un automóvil especial fue su capacidad para competir con el famoso Mercedes-Benz 300 SL, lo que lo convirtió en un automóvil muy codiciado en su época.
El BMW 507 nació gracias a la visión del importador de BMW en Estados Unidos, Max Hoffman, quien convenció a la marca alemana para que fabricara un deportivo que pudiera competir con el Mercedes-Benz 300 SL. La idea era crear un coche que destacara por sus capacidades y su elegancia, y que demostrara al mundo que BMW estaba de vuelta tras los daños causados por la Segunda Guerra Mundial.
La carrocería del BMW 507 fue diseñada por el conde Albrecht von Goertz, quien creó una obra de arte con su estilo elegante y sofisticado. La carrocería fue fabricada íntegramente en aluminio, lo que permitió que el peso del coche se mantuviera en cifras adecuadas. Además, el 507 tenía una distancia entre ejes de 2,40 metros y una longitud de 4,94 metros, lo que le daba una apariencia imponente y una excelente estabilidad en la carretera.
El BMW 507 estaba equipado con un motor V8 de 3.2 litros, que producía una potencia de 150 CV y le permitía alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h. El motor estaba acoplado a una transmisión manual de cuatro velocidades, lo que permitía una conducción precisa y una aceleración suave.
El interior del BMW 507 era igualmente impresionante, con un acabado en cuero que le daba un aspecto lujoso y elegante. El salpicadero tenía un diseño minimalista y elegante, con relojes redondos y un volante de madera que le daba un toque clásico.
A pesar de su atractivo diseño y su excelente rendimiento, el BMW 507 no tuvo un gran éxito comercial en su época, ya que su precio era muy elevado. Solo se produjeron 253 unidades del modelo original entre 1956 y 1959, lo que lo convierte en un automóvil muy raro y exclusivo. Sin embargo, el BMW 507 ha adquirido un gran valor en el mercado de los automóviles clásicos, y es considerado como uno de los modelos más emblemáticos de la marca.