El Volkswagen Brasilia: el Polo de América Latina
El Volkswagen Brasilia es un automóvil clásico que dejó una huella imborrable en la historia automotriz de Brasil. Producido entre 1973 y 1982 por Volkswagen do Brasil, el Brasilia fue un vehículo revolucionario que combinó la robustez del icónico Volkswagen Sedán con la comodidad y el espacio interior de un automóvil moderno. En este artículo, exploraremos el diseño, las características y el legado del Volkswagen Brasilia, un verdadero ícono de la industria automotriz brasileña.

Diseño y Características del Volkswagen Brasilia
El Volkswagen Brasilia presentaba un diseño único y distintivo que lo diferenciaba de otros modelos de la época. A pesar de su apariencia de mini-vagoneta, el Brasilia estaba basado en el Volkswagen Sedán y contaba con un motor de 1.6 litros montado en la parte trasera. Este motor refrigerado por aire, con cuatro cilindros opuestos en configuración boxer, brindaba al Brasilia una potencia y confiabilidad excepcionales.
El Brasilia se destacaba por su carrocería tipo hatchback, que ofrecía una gran versatilidad y comodidad. Aunque inicialmente se clasificó como una «mini-camioneta» en Brasil para beneficiarse de cargas impositivas más bajas, en realidad era un hatchback similar al Gol o al Golf. A pesar de su clasificación inicial, el Brasilia pronto se convirtió en un automóvil popular entre los jóvenes y las familias pequeñas gracias a su amplio espacio interior y su diseño funcional.
El éxito en ventas del Volkswagen Brasilia fue evidente desde su lanzamiento. La producción total del Brasilia superó el millón de vehículos, y en 1975 se produjeron 126,000 unidades. Sin embargo, el ruido interior era uno de los desafíos a los que se enfrentaba el Brasilia, al igual que el Volkswagen Sedán. Aunque se introdujeron versiones con acabados más lujosos para reducir el ruido, nunca se logró resolver completamente este problema.
En 1977, el Brasilia recibió importantes mejoras en términos de seguridad con la adición de un sistema de frenos de doble circuito y una columna de dirección colapsable. Además, se introdujeron nuevas luces traseras con muescas que mejoraban la visibilidad, y se ofreció un desempañador trasero opcional. En 1980, se lanzó el Brasilia LS, una nueva versión más equipada con un tablero renovado y asientos de diseño anatómico. También se presentó un motor de 1.3 litros alimentado por alcohol, que ofrecía una opción más económica en términos de combustible.
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Un Legado Internacional: El Volkswagen Brasilia en otros países
El legado del Volkswagen Brasilia no se limitó a Brasil. Este icónico automóvil también se exportó a varios países, incluyendo Colombia, Chile, Uruguay, El Salvador, Filipinas, Paraguay, Bolivia, Honduras, Portugal, España y Venezuela.
En algunos de estos países, como Nigeria, el Brasilia recibió nombres diferentes. En este país africano, se ensambló a partir de kits CKD y se le denominó «Igala». A pesar de las diferencias de denominación, el Brasilia mantuvo su esencia y se convirtió en un vehículo popular en diferentes partes del mundo.
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El Brasilia en México
México fue el único país aparte de Brasil donde se fabricó el Volkswagen Brasilia. Aunque los modelos fabricados en México contaban con muchas piezas de origen brasileño, como motores, transmisiones, suspensiones, frenos, rines y llantas, entre otros, también se suministraron piezas localmente. En 1974, Volkswagen de México presentó el Brasilia en el mercado mexicano. Estuvo disponible únicamente en versión de 3 puertas durante el periodo comprendido entre 1974 y 1982. El Brasilia se comercializó con relativo éxito, ya que representaba una opción distinta y de mayor costo en comparación con el popular Vocho.
El Brasilia mexicano no presentó variaciones mecánicas en comparación con el Volkswagen Sedán. Estaba equipado con un motor de 4 cilindros y 1.6 litros, refrigerado por aire, con una potencia de 44 CV (SAE). Su motor era alimentado por un carburador simple y estaba asociado a una transmisión manual de 4 velocidades. Además, conservaba la suspensión a base de barras de torsión, aunque con una capacidad mayor en la parte trasera. En cuanto al sistema de frenos, contaba con tambores más grandes en las ruedas traseras y frenos de disco en las ruedas delanteras, lo que brindaba ventajas en términos de frenado y mantenimiento mecánico. Sin embargo, a largo plazo, se manifestaron problemas de corrosión en la carrocería, lo que dificulta encontrar ejemplares en buen estado de conservación en la actualidad.
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El Brasilia en Bolivia
A finales de 1974, el Brasilia fue introducido en el mercado boliviano y fue ampliamente aceptado. Su versatilidad y características lo hacían muy adecuado para los caminos geográficamente accidentados del territorio boliviano. Las diferencias de elevación de las ciudades y las variaciones de temperatura no fueron impedimento para su correcto desempeño.
Según datos de la Aduana Nacional de Bolivia entre los años 1975 y 1985, ingresaron alrededor de 176,551 unidades del Brasilia al país. A día de hoy, se estima que aproximadamente 12,500 unidades continúan circulando en Bolivia. El Brasilia se ha convertido en un vehículo emblemático en las calles bolivianas y ha ganado la admiración de muchos entusiastas que se dedican a su restauración y preservación.
El Brasilia en Colombia
Durante las décadas de 1970 y 1980, el Brasilia fue comúnmente utilizado como auto patrulla en Colombia debido a su robustez y durabilidad. Se obtuvo como una donación para la lucha contra el crimen. Aunque en este país el Brasilia es menos común como vehículo particular, es considerado como un automóvil cómodo.
El Brasilia en El Salvador
En El Salvador, el Volkswagen Brasilia fue comercializado en versiones de 2 y 4 puertas. Fue introducido en el mercado salvadoreño a mediados de la década de 1970 y se convirtió en un automóvil popular en el país. Al igual que en otros lugares, el Brasilia fue apreciado por su diseño compacto, su eficiencia en el consumo de combustible y su confiabilidad.
El Brasilia se destacó en El Salvador como un vehículo accesible y versátil, adecuado para las condiciones de las calles y carreteras del país. Su tamaño compacto y su buena maniobrabilidad lo hicieron popular en áreas urbanas, mientras que su resistencia y capacidad para enfrentar terrenos difíciles también lo convirtieron en una opción popular en áreas rurales.
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En términos de especificaciones mecánicas, el Brasilia vendido en El Salvador mantuvo la configuración básica del modelo original. Estaba equipado con un motor de 4 cilindros y 1.6 litros, refrigerado por aire, que ofrecía una potencia de alrededor de 44 CV (SAE). La transmisión era manual de 4 velocidades y contaba con suspensión a base de barras de torsión, lo que contribuía a un buen equilibrio entre comodidad y estabilidad en diferentes tipos de terreno.
A lo largo de los años, el Brasilia en El Salvador ha ganado seguidores y entusiastas que aprecian su estilo retro y su conexión con la historia automotriz del país. Algunos propietarios se dedican a la restauración y personalización de estos vehículos, manteniendo vivo el legado del Brasilia en las calles salvadoreñas.
Es importante mencionar que, al igual que en otros lugares, la disponibilidad de Brasilia en buen estado en la actualidad puede ser limitada debido al paso del tiempo y a los efectos de la corrosión. Sin embargo, a pesar de los desafíos, aquellos que aún conservan un Brasilia en El Salvador encuentran un gran valor sentimental y disfrutan de la experiencia de poseer y conducir este icónico automóvil.